La cruz no se puede
eliminar de la vida de un cristiano
En
una nueva Misa en
la Casa Santa Marta, el Papa Francisco dio algunas claves sobre cómo responder
ante las calumnias y las persecuciones que todos los cristianos sufren en algún
momento de su vida: siendo
“testigos de la obediencia”.
Al
comentar la primera lectura de la Misa, Francisco dijo que las palabras de San
Pedro “hay que obedecer a Dios en lugar de a los hombres” muestra que “el
cristiano es testimonio de la obediencia”.
“El
cristiano es testimonio de la obediencia y si nosotros no estamos en este
camino de crecer en el testimonio de la obediencia no somos cristianos. Al
menos caminar en este sendero: testimonios de obediencia. Como Jesús. No es
testimonio de una idea, de una filosofía, de una empresa, de un banco, de un
poder: es testimonio de obediencia, como Jesús”.
Esto
se consigue porque “es una gracia del Espíritu Santo”: “Solo el Espíritu puede
hacernos a nosotros testimonios de obediencia. ‘No, yo voy a ese maestro
espiritual, yo leo este libro…’. Todo está bien pero solo el Espíritu puede
cambiarnos el corazón y puede hacernos a todos testimonios de obediencia”.
“Es
una obra del Espíritu Santo y debemos pedirlo, es una gracia que hay que pedir:
‘Padre, Señor Jesús, envíame tu Espíritu para que sea testimonio de
obediencia’, es decir, un cristiano”.
Pero
ser testimonio de la obediencia conlleva unas consecuencias, como las
“persecuciones”. “Cuando Jesús enumera las Bienaventuranzas termina: ‘Dichosos
seréis cuando os persigan y os insulten’”.
El
Papa destacó que “la cruz no se puede
eliminar de la vida de un cristiano”. “La vida de un cristiano no es un estatus
social, no es un modo de vivir una espiritualidad que me hace bueno, que me
hace un poco mejor. Esto no es suficiente. La vida de un cristiano es el
testimonio en obediencia y la vida de un cristiano está llena de calumnias,
rumores, persecuciones”.
Por
tanto, para ser testimonio hay que pedir a Dios “la gracia de ser testimonios
de obediencia” y no temer cuando lleguen “las calumnias” porque “el Espíritu
nos dirá qué debemos responder”.
Por Álvaro
de Juana
Fuente:
ACI Prensa