“Fiarse de Él no resuelve
mágicamente los problemas, pero permite afrontarlos con el ánimo justo”
Los
amigos pueden decepcionar pero “Dios nunca decepciona”, dijo el Papa Francisco
durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro este domingo 26 de febrero
en el Vaticano.
“Dios
es fiel, es un padre fiel, es un amigo fiel, es un aliado fiel”. “¡Quien se
aferra a Dios no se cae nunca! Dios es nuestra defensa contra el mal que está
al acecho”, afirmó Francisco.
El
Santo Padre explicó que la mirada de Dios es una “mirada benéfica y afectuosa
que permanece cotidianamente en vigilia por nuestras vidas. Vidas que
transcurren bajo el peso de tantas preocupaciones que amenazan con quitarnos la
serenidad y el equilibrio. Pero esta ansiedad es a menudo inútil, porque no
puede cambiar el curso de los acontecimientos”.
“Jesús
nos exhorta con insistencia a no preocuparnos del mañana –señaló Francisco–,
recordando que por encima de todo hay un Padre amoroso que no se olvida nunca
de sus hijos. Fiarse de Él no resuelve mágicamente los problemas, pero permite
afrontarlos con el ánimo justo”.
En
su reflexión previa al rezo del Ángelus, el Pontífice animó a ver en Dios a un
Padre cercano, siempre dispuesto a ayudar a todos sus hijos.
“Dios
no es un ser lejano y anónimo. Es nuestro refugio, la fuente de nuestra
serenidad y de nuestra paz. Es la roca de nuestra salvación, a la cual podemos
adherirnos con la certeza de no caernos. Dios es para nosotros el gran amigo,
el aliado, el padre, pero no siempre nos damos cuenta. Preferimos apoyarnos en
bienes inmediatos y contingentes, olvidando, y algunas veces incluso refutando,
el bien supremo que es el amor paterno de Dios”, dijo el Papa.
“Sentirlo
Padre, en esta época de orfandad, es muy importante. Nos alejamos del amor de
Dios cuando andamos buscando obsesivamente bienes terrenales y riquezas,
manifestando así un amor exagerado a esta realidad”.
En
este sentido, el Pontífice subrayó la importancia de fiarse de Dios para
sustentar la vida en el
Evangelio, y renunciar a vivir buscando solo lo material: “Jesús nos dice que
esta búsqueda afanosa es ilusoria y motivo de infelicidad”.
Por
ello, Jesús “da a sus discípulos una regla de vida fundamental: ‘Buscad, en
primer lugar, el Reino de Dios’. Se trata de realizar el proyecto que Jesús
anunció en el Discurso de la montaña, fiándose de Dios, que no defrauda,
haciéndonos administradores fieles de los bienes que Él nos ha dado, pero sin
sobreactuar, como si todo, incluso nuestra salvación, dependiera sólo de
nosotros”.
El
Papa Francisco recordó que “esta actitud evangélica exige una elección clara,
que el pasaje evangélico de hoy indica con precisión: ‘No se puede servir a
Dios y a las riquezas’. O el Señor, o los ídolos fascinantes más ilusorios”.
“Esta
elección, que estamos llamados a realizar, tiene repercusión en todos nuestros
actos, programas y compromisos. Esta elección debe hacerse de manera clara, y
renovarse continuamente, porque las tentaciones de reducirlo todo a dinero,
placer, y poder son constantes”.
Esta
elección hunde sus raíces en la esperanza cristiana, sustentada en la promesa
de Dios. “Mientras que honrar a estos ídolos conduce a resultados tangibles,
aunque fugaces, escoger a Dios y a su Reino no siempre muestra de forma
inmediata sus frutos. Es una decisión que se toma en la esperanza y que deja en
manos de Dios su plena realización”.
“La
esperanza cristiana -concluyó el Papa- se sustenta en el cumplimiento futuro de
la promesa de Dios, y no se detiene ante ninguna dificultad porque está fundada
sobre la fidelidad de Dios, que nunca falla”.
Por Miguel Pérez
Pichel
Fuente:
ACI Prensa